domingo, 4 de febrero de 2018

COLEGIATA DE SANTA MARÍA DE RONCESVALLES.



En el Pirineo navarro, a resguardo de las altas cumbres, se alza la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles. El rey de Navarra, Sancho VII “el Fuerte” la mandó construir (1209) sobre un cenobio anterior, al lado del hospital de peregrinos. Se trata de uno de los primeros edificios góticos de la península Ibérica y uno de los mejores ejemplos del gótico religioso navarro.


Una planta de tres naves y un interior donde se disponen vidrieras enormes y modernas. El presbiterio está presidido por la imagen, muy venerada, de la Virgen de Roncesvalles. Se trata de una talla del siglo XIV, probablemente elaborada en un taller de Toulouse.


El claustro actual fue construido en 1600 para sustituir al anterior, que se vino abajo por el peso de una intensa nevada. La crujía (o brazo) Este se cubre con bóvedas de crucería para dar acceso a la capilla de San Agustín.


Desde el claustro se pasa a la capilla de San Agustín, o Sala Capitular, vista desde el exterior es un bloque compacto de sillería que la confiere cierto aspecto de fortaleza. En su interior, en el centro de la sala, podemos contemplar la tumba del rey Sancho VII, benefactor de la colegiata y guerrero destacado en la batalla de las Navas de Tolosa (1212).




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