viernes, 20 de mayo de 2016

DIJÓN, CAPITAL DE LOS DUQUES DE BORGOÑA.



La capital de la histórica región de Borgoña nos recibe con un sol de justicia, que no se cuán habitual será por estas tierras. Si la historia hubiese sucedido de otra forma, Francia sería ahora Borgoña. Aunque a pesar del empeño burgundio-borgoñón, la victoria final fue para los francos. Europa es un enorme puzzle donde algunas piezas se funden, se fragmentan o desaparecen. En ocasiones unas se superponen sobre otras.


Dijón conserva toda la belleza y grandeza de una ciudad que fue capital y sede de los Duques de Borgoña. En algún momento tuvo aspiraciones de convertirse en capital permanente de una gran estado.



Mientras los reyes Capetos estaban enfrascados en la Guerra de los Cien Años, los duques de Borgoña configuraban uno de los estados más pujantes y modernos de Europa. En esta época la corte se situaba en Dijón se convirtió en un centro cultural de primer orden continental, donde se patrocinaban a reputados artistas como Roger Van der Weydem, los hermanos Van Eyck o el escultor Claus Sluter.


La sombra de Felipe el Bueno es alargada.


Los duques de Borgoña tenían aquí su corte, aunque el edificio actual fue remozado en el siglo XVII para albergar el Parlamento. Actualmente es sede el Museo de Bellas Artes. Este palacio fue reconstruído y embellecido por Felipe el Bueno para reflejar el esplendor de la corte borgoñona. El Palacio de los Duques – Palais des Ducs – tiene dimensiones de omnipotencia.



La Catedral de St-Benigne tiene su origen en una abadía benedictina fundada en el siglo XI. De la construcción primitiva se conserva poco.



La iglesia de Notre Dame, en las proximidades el Palacio de los Duques, ¿pudo ser el templo predilecto de los gobernantes de la ciudad?.


Juana de Arco, omnipresente en toda Francia.





Notre Dame es la más hermosa de todas las iglesias de Dijon, un entrevesada construcción gótica edificada hacia el 1240. El maestro constructor consiguió dotar al edificio de una gran majestuosidad a pesar de sus modestas dimensiones.


¿Puede ser Dijón la segunda ciudad más hermosa de Francia, tras la inconmensurable París?


Claus Sluter también dejó muestras de su maestría en la urbe.


Hermosas ciudades cuya esencia es el medievo. Pasito a pasito recorremos la Europa gótica. La ciudad antigua, caracterizada por la urbs romana, muere con la caída del Imperio. En la Plena Edad Media resurge la ciudad nueva, como concepto, y sobre todo, como estructura, surge algo totalmente novedoso. Conocerá una nueva metamorfosis a raíz de la Revolución Industrial.


En definitiva una ciudad con todo el boato de la corte borgoñona. Los duques, en especial los de los siglos XIV y XV, aguardan en cada esquina para susurrarte su historia.




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