miércoles, 20 de abril de 2016

RIGA, GRAN METRÓPOLI DEL BÁLTICO.


Esencia vikinga, capital de la histórica Livonia, Riga es una delicia urbana, pintoresca, alegre, cosmopolita, monumental y artística.


En la orilla derecha del río Daugava, a diez kilómetros de la desembocadura de este río en el Golfo de Riga, sobre una llanura plana ya arenosa, está situada Riga, la ciudad más grande y poblada del Báltico.


En el año 1201 el obispo Alberto von Buxhoevede abandonó Ikskile y se asentó en Riga. Comenzó a construir una fortificación y esa es la fecha de fundación de la ciudad. Desde este lugar el obispo Alberto lanzó a los Caballeros Livonios de la Espada a la conquista y evangelización de la vecina y pagana estonia.



Pronto llegaron colonos germanos para asentarse aquí y paulatinamente Riga se fue convirtiendo en un destacado mercado intermediario entre Oriente y Occidente, una ubicación estratégica entre los mercados alemanes, los centros rusos en el norte y el propio entorno rural. Los colonos germanos llegaban a través de Lübeck e incrementaron notablemente la población, que llegó hasta los dos mil o tres mil habitantes en la década de 1230. La ciudad formó parte de la Liga Hanseática, y conserva el urbanismo típico de aquellos prósperos burgos comerciales. En la actualidad está considerada el centro comercial y empresarial de todo el Báltico.


A partir del siglo XVI Riga, como parte integrante de Letonia fue dominada sucesivamente por Polonia, Suecia y Rusia. Los habitantes de Riga se sienten orgullosos de las veces que estando hundidos, han conseguido levantarse. Ochocientos años de historia salpicados por dramáticos acontecimientos que azotaron con violencia la ciudad.



La Casa de las Cabezas Negras es un sugerente edificio del casco antiguo, construido en el siglo XIV en estilo gótico. Durante un tiempo fue la casa madre de un gremio de comerciantes, todos solteros, apodados Cabezas Negras. Entre los siglos XVI y XIX la casa fue embellecida con nuevos adornos, convirtiéndose en uno de los edificios más afamados de Riga.



El legendario caballero Rolando, espada en mano, monta guardia permanente en el rincón más bonito de la capital letona.


La catedral de Riga – Riga Doms – comenzó a ser construida en 1211 por deseo expreso de Alberto von Buxhoevede y es una simboisis perfecta entre el románico y el gótico. Desde la Reforma es la iglesia luterana más importante de Letonia.



Riga cuenta con otra catedral, la Sveta Jekaba Katedrale, está dedicada a Santiago el Mayor y es el templo católico más destacado del país.



La iglesia de San Pedro – Petera Baznica – está dedicada al patrón de la ciudad. Su estilo basado en los ladrillos rojos es muy típico en toda la zona del Báltico.



Curiosamente Riga es el lugar ideal para disfrutar del Art Noveau de estilo alemán, ya que sufrió menos que las ciudades germanas la devastación de la Segunda Guerra Mundial.



Aún son visibles algunos (pocos) torreones y lienzos de la muralla medieval que protegía el burgo mercantil. La Vieja Riga – Vecriga – es el centro histórico, el área antiguamente amurallada.


Sopa de verduras y cerdo dentro de una bola de pan negro, un plato para llenar la panza y calentar las tripas. Eso sí el nombre es impronunciable.




El monumento a la libertad - Brivibas Piemineklis – es un símbolo de la nación letona.


Guardias de la patria.


Con un marcado estilo Art Noveau y un origen medieval, Riga, es la auténtica gran metrópolis del mar Báltico. Su belleza no desemerece a ninguna otra capital europea. Sin duda una muy grata sorpresa para el camino.




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