martes, 23 de febrero de 2016

SANTUARIO DE ARKONA



Al nordeste de la isla de Rötgen, en una pequeña península boscosa enriscada sobre el mar Báltico, los eslavos del norte rendían culto a Svantevit, “el Señor Fuerte” dios de la guerra y del destino, en Arkona una especie de templo fortaleza.


Saxo Gramaticus nos ofrece una detallada descripción del lugar “...el centro del castrum estaba ocupado por un lugar en que se podía ver un templo de madera, de gran belleza, famoso no solamente por la magnificencia del servicio, sino también por la estatua que en él se hallaba. El contorno exterior del templo atraía la mirada con esculturas y pinturas diversas, muy primitivas. En él se abría una sola entrada a los transeúntes. El propio templo estaba rodeado por dos recintos: el externo, formado de muros con una techumbre de color rojo; el interno, compuesto solamente de cuatro pilares, poseía cortinajes suspendidos en el lugar de muros, y compartía con el contorno exterior solamente el techo y varias vigas transversales. En el templo se levantaba una estatua enorme, que superaba en altura a todo cuerpo humano, espantosa por cuatro cabezas y otros tantos cuellos: dos miraban adelante, y dos atrás, una cabeza vuelta a la derecha y otra a la izquierda. El bigote estaba afeitado y los cabellos cortados....”


Un santuario que no pudo resistir el empuje devastador del cristianismo. En 1168 el rey de Dinamarca Valdemar I, acompañado por el obispo Absalón, conquistó Arkona, derrotó a Svantevit, destruyó su estatua y procedió a evangelizar la región. Unos misioneros (antiguos paganos) que venían a decirle a los eslavos que todos sus dioses eran falsos y que solo existía un dios verdadero y todopoderoso.


Arkona y su santuario dan nombre a una extraordinaria banda de folk metal ruso liderada por Masha “Scream”.




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