Una pequeña muestra del
cuidado arte animalístico celta. Este jabalí probablemente estaba
inserto en el borde de un vaso de metal o madera que pertenecería a
algún personaje importante dentro de su grupo. Además, es un
ejemplo más de la pasión, que como el entrañable Obélix, sentían
los celtas por los cerdos salvajes.
MARINA NUÑEZ. NADA ES TAN PROFUNDO COMO LA PIEL
Hace 6 horas
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