miércoles, 18 de noviembre de 2015

ALEXANDRU I ALDEA.




Alexandru I Aldea, hijo del histórico Mircea el Viejo, fue voivoda (o príncipe) de Valaquia entre 1431 y 1436, y desarrolló su gobierno desde la corte de Targoviste. Accedió al poder derrocando a un miembro del clan enemigo de los danesti, concretamente a Dan II, y fue capaz, gracias a su habilidad, de mantener el trono un tiempo relativamente largo, cinco años, una auténtica proeza para los tiempos que corrían.

En su conquista del principado contó con la inestimable ayuda de los turcos, y posiblemente también del voivoda moldavo Alexandru cel Bun (Alejandro el Bueno). Debido a la inestabilidad de la región, Aldea tuvo que hacer un guiño a los húngaros, algo que no sentó nada bien al sultán Murad II . La reacción fue inmediata y Alexandru Aldea no tuvo más remedio que arrodillarse. Acudió a Edirne, rindió pleitesía al sultán, prometió el envío de jóvenes de la nobleza para ser entrenados como jenízaros y aceptó acompañar a los turcos en una campaña por Transilvania y Hungría. 

En 1432 finalizaba la tregua de tres años acordada por Segismundo de Luxemburgo y el gobernante otomano, y el turco aprovechó que el rey de Hungría tenía otros problemas que resolver en Centroeuropa, para eliminar la peligrosa influencia húngara en aquellas tierras. Al valaco no le quedó otra que participar en la expedición de saqueo, pero algunas cartas enviadas a los burgueses de Brasov, hacen suponer su intención de traicionar a los turcos una vez que pisasen suelo transilvano. De cualquier forma terminó despertando los recelos de Segismundo, que tenía en el hermanastro de Alexandru, Vlad (futuro Vlad II ) a su protegido y pretendiente al trono valaco. 

El final de su reinado (¿1435?) hay que ponerlo en relación con una fugaz incursión encabezada por el propio Vlad II que atravesó los Cárpatos y lo venció en batalla. Si los turcos apoyaron a Alexandru en esta ocasión, o no lo hicieron, es algo que nunca sabremos con seguridad. Es cierto que la política otomana en la región fue siempre convertir a los levantiscos voivodas en sus vasallos. Tampoco conocemos con que tropas contó Vlad.

Alexandru I murió en 1436, de muerte natural o de enfermedad, porque cosa rara, no existen rumores sobre envenenamiento o asesinato. A Alexandru le tocó vivir una época turbulenta, Valaquia cambió de príncipe una veintena de veces en cien años, y tuvo siempre que nadar entre dos aguas, Hungría en una orilla, y el Imperio Otomano en la de enfrente. Un hombre más piadoso que político, estuvo siempre preocupado por la salvación eterna, y para congraciarse con el Creador, realizó generosas donaciones a iglesias y monasterios, como al de Cozia o al del Monte Athos. 

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