domingo, 27 de septiembre de 2015

RADU NEGRU. EL PRÍNCIPE NEGRO DE VALAQUIA.



Todo tiene un principio. Al menos eso enseña la tradición judeo-cristiana, que tanto ha influido (para bien y para mal) en nuestra visión del mundo y de la historia (una concepción lineal del tiempo). Cuando no se conoce ese principio, pues se inventa. Y en el caso (habitual) de tener constancia de algunos datos, los adornamos con el maquillaje de la leyenda. Pues bien, Valaquia también tuvo un voivoda primigenio, como Prometeo o Rómulo, una suerte de figura imprescindible para la forja de un pueblo (a partir del siglo XIX una nación) y ese es Radu Negru (1269 – s. XIV), Voivoda Radu o Negru Voda (algo así como Radu el Negro o Voivoda – príncipe – Negro).


Radu Negru es el fundador y gobernante legendario de Valaquia, que edificó iglesias (como todo buen fundador de naciones cristianas) en Campulung Muscel – cuyas ruinas aún son visibles – y Curtea de Arges, núcleo originario del futuro principado. Radu Negru se ha relacionado con los caballeros teutónicos, que fueron convocados por los húngaros para establecerse y defender Transilvania.


La más antigua crónica del país que recoge los orígenes del Principado de Valaquia, relata como Radu Negru, que huía de su ducado en Fagaras – situado en la Comarca de Olt en Transilvania meridional – atravesó los montes y se refugió al sur de los Cárpatos. Aunque la crónica no aclara los motivos concretos de esta huida, los eruditos modernos están convencidos que el ducado había sido confiscado a su legítimo dueño y otorgado a un noble magiar, Ugrinus, por decisión del rey de Hungría Andrés III. Los sucesores de este Príncipe Negro protagonizaron un proceso de unificación que terminó desembocando en la formación del estado de los rumanos de Valaquia o Tara Romaneasca.


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