martes, 17 de marzo de 2015

TEMPLARIOS GUARDIANES DEL SANTO GRIAL.



Mucho se ha escrito, con mayor o menor fortuna, y mucho se seguirá escribiendo (creyendo los más ilusos) sobre la relación entre el Santo Grial y los Caballeros de la Orden del Temple. Custodios del Grial, depositarios de conocimientos trascendentales, podemos encontrar los orígenes de las adscripciones templarias a objetos mágicos, en la propia literatura medieval, muy dada a lo fantástico y con un exquisito tratamiento de un mundo simbólico de interpretación esotérica.

El poeta alemán Wolfram von Eschenbach, que trató de continuar el inacabado Cuento del Grial de Chretien de Troyes, escribiendo Parzifal. Eschenbach fue el auténtico iniciador de toda una corriente literaria y esotérica, al hacer a los pobres caballeros de Cristo en guardianes del Castillo donde está depositado el Grial. Dos mitos medievales examinados (y explotados) al máximo.


Wolfram von Eschenbach utiliza la palabra "templeise", y aunque no es totalmente seguro que se refiera a los templarios, si es lo más factible. Estos caballeros defienden el castillo de Munsalvache, entre cuyos recios muros se custodiaba el Santo Grial, el objeto más maravilloso que jamás haya existido. Por cierto, el Grial de Eschenbach no es un cáliz, sino una piedra con extraordinarios poderes. Hay quien piensa que la mutación se debe a un simple error de transcripción. ¿O tal vez se trata de un guiño litolátrico a cuantas piedras sagradas han sido veneradas desde la remota prehistoria?. 

Los guardianes del grial ofrecen el prototipo ideal de caballero, eficiente en el campo de batalla y humilde en el recogimiento, guerrero y cristiano, valiente y piadoso, precisamente las dos virtudes que Bernardo de Claraval, el alma intelectual del Temple, exige a sus caballeros.

Wolfram, al ungir a los templarios como los caballeros modélicos, los arrojó a las intrincadas redes del misterio humano, uniendo de manera indisoluble el Temple con el Santo Grial, su pluma dio origen y forma una pretendida Orden Esotérica del Temple. Desde el Parzifal de Eschenbach el Temple dejó de ser una Orden Militar de monjes guerreros para convertirse en una sociedad secreta, formada por iniciados, custodios de los más increibles secretos relacionados con l más íntimo y sagrado del Cristianismo. 

La investigación sobre el Temple es una confrontación directa entre la razón y la pasión, la historia y la leyenda, la realidad y la imaginación. Esa ha sido la verdadera aportación de los templarios al ocultismo.

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