martes, 10 de febrero de 2015

ALFÖLD, LA LLANURA HÚNGARA.



Alföld es el nombre que los húngaros dan a la inmensa llanura sobre la que se asienta su país , que corresponde con la parte más extensa de la Gran LLanura Panónica. Esta enorme llanura que se extiende mansamente por Europa Centro Oriental, se encuentra rodeada y limitada por los Cárpatos, la meseta de Transilvania, los Alpes, los Balcanes y los Dináricos, una impresionante frontera natural que ha dotad a esta región de unas características culturales propias.

Los panonios, tribus que da nombre a la llanura, fueron un puebo prerromano que habitaron cerca, muy cerca de los ilirios, con los que mantentían relaciones cordiales. Los romanos hicieron acto de presencia y su declinar coincidió con una auténtica edad de oro de las migraciones durante el alba de la Edad Media. La región panónica formó parte del Imperio huno de Atila (del que dicen está enterrado por aquí) del efímero reino de los Gépidos, del imperio nómada de los ávaros, del reino franco, del estado protoeslavo de Samo y del Imperio de la Gran Moravia. Y por encima de todos el Reino medieval e Hungría.

Los magiares llegaron a estas tierras y antes de asentarse definitivamente guerrearon contra todos su vecinos. La Gran Llanura Panónica debía recordar a sus lejanas y ancestrales estepas, debió configurarse en la memoria colectiva de como una tierra prometida, y finalmente se convirtió en la tierra donde el pueblo magiar echase raíces. Hacia el año 1000 el rey Esteban fundó el Reino de Hungría convirtiendo el Alföld en el centro de sus territorios.

La llanura húngara se extiende hasta los Cárpatos por el Norte y el río Sava por el Sur, siendo su principal artería el río Tisza. Con el tiempo el poder real fue basculando hacia el norte, concretamente a la colina de Buda, una ciudad emplazada junto al Danubio, alejada del corazón de las llanuras meridionales, más fácil de defender de mongoles y otomanos que penetraban en los espacios abiertos como una espada en mantequilla.

En 1526 los húngaros fueron derrotados por los turcos en la decisiva batalla de Mohacs, y las regiones central y oriental de la llanura pasaron al Imperio Otomano. Los restos del naufragio quedaron vinculados a la monarquía de los Habsburgos. De esta forma la llanura se convirtió en escenario de una drama, la lucha de dos gigantes, Emperadores y Sultantes, y como dice un viejo proverbio chino "cuando dos elefantes pelean, quien sufre es la hierba".

Perto todo eso quedó atrás en el tiempo y hoy la Gran LLanura Húngara es uno de esos lugares para perderse, quitarse el reloj y escapar de la ajetreada vida que llevamos en Occidente. Pararse a contemplar un atarceder, detenerse a saborear una vino de la región, o simplente pasear por cualquiera de sus alegres ciudades y disfrutar de la hospitalidad húngara.


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