miércoles, 31 de diciembre de 2014

FERNANDO I "EL DE ANTEQUERA"



Hoy preside el Coso Viejo de Antequera, una céntrica plaza de la ciudad, al pie de las alcazaba musulmana, que hace cinco siglos, él mismo se encargó de tomar. Siendo infante de Aragón, y regente de Castilla, Fernando de Trastámara, uno de los más eficientes hombres de armas de su tiempo conquistó en 1410 la plaza de Antequera. 


Sus campañas exitosas fueron un ráfaga de luz en una época sin apenas empresas bélicas, entre los avances en el Valle del Guadalquivir tras las Navas de Tolosa, y la definitiva sumusión del Reino de Granada a manos de Isabel y Fernando (nieto de el de Antequera). 


En el compromiso de Caspe - 1412 - se convirtió en rey de Aragón, sentando a un miembro de la dinastía Trastámara en el trono aragonés. Su reinado fue breve, y dos de sus hijos, Alfonso V y Juan II, llegaron a coronarse (sucesivamente) como reyes, continuando la consolidación de la Corona de Aragón como gran potencia del Mediterráneo.  

miércoles, 24 de diciembre de 2014

LA REPÚBLICA MARINERA DE CÁDIZ. UNA FICCIÓN.



La Perla del Atlántico, con su cúpula catedralicia brillando orgullosa más que el propio Sol; la luz del Océano, hacen de Cádiz, el Faro de Occidente. Paseando por ciudades portuarias europeas no puedo dejar de preguntarme ¿pudo Cádiz haber sido una república marinera el estilo de Génova o Venecia?. ¿En qué momento perdimos los gaditanos el timón de nuestro destino?.

......las naves gadiritas dominan el Mediterráneo Occidental, comercian con Oriente y se lanzan a abrir nuevas rutas oceánicas. Una época en que Venecia, Brujas y Cádiz,cada una desde su rincón, se disputan los principales mercados del Viejo Mundo. Los cónsules gaditanos gestionan los negocios de la república en los puertos más relevantes del Mediterráneo. Soldados y mercenarios gaditanos lucharon a favor de la Vieja Ragusa para sacudirse el yugo de la Serenissima República de San Marcos. La plata del antiguo Tartessos, ayudaron al ejército del albanés Skanderbeg en su exitosa resistencia ante el Turco. Y perdida toda esperanza de salvar Bizancio, comerciantes y cónsules gaditanos abanonan el Cuerno de Oro, dejan a merced de los otomanos el Bósforo y huyen (sabiamente) de la ciudad antes que Mehmet II cerrase el cerco.

Exploradores gaditanos competían con los portueses por ser los primeros en conquistar las Islas Canarias, circunnavegar África y llegar a la India a través del Océano Meridional. Marineros enrolados en sus naves y banqueros del Pópulo financiaron el viaje de un desconocido almirante Cristobal Colón, dispuesto a unir dos mundos que se ignoraban. También proporcionaban artillería a los Reyes Católicos para sus campañas granadinas, al mismo tiempo que vendían armas y víveres a los nazaríes que resistían en su reino. Durante siglos monopolizaron el comercio con América, y pagaban a los corsarios ingleses para que defendieran los intereses gaditanos en aguas de los siete mares. Nunca rindió pleitesía a los Austria, nunca firmó la adhesión a la monarquía borbónica. Resistió a Napoleón, y puso en marcha la primera constitución española.

Bajo el lema "el gaditano nace dónde le da la gana" la ciudad prosperó gracias a la colaboración, al empuje y al trabajo común de gentes de toda condición, venidas de todo lugar: judíos, musulmanes, cristianos, italianos, normandos o eslavos, todos eran bien recibidos.

Cuando llega febrero, el Parlamento Popular, habla, los políticos ineficaces y los gerentes corruptos nunca subieron al patíbulo. El castigo era mucho peor; el ostracismo, castigado para siempre sin volver a pisar la Tacita.


La privilegiada situación de su puerto, protegido por una bahía natural, otorgó a los gaditanos la hegemonía sobre sus vecinos. En los siglos XVI y XVII, el Imperio terrestre gaditano se extendía más allá del Campo de Jerez, cuya capital fue vasalla de Cádiz durante centurias, e incluso a finales de 1600, la próspera metrópoli sevillana fue anexionada por la República Gaditana después de una larga y victoriosa guerra.

Por la Universidad Gaditana pasaron grandes genios para tratar de captar el alma de Cádiz: Galileo, Kepler o Newton. Incluso Dante residió aquí durante su exilio, y si en Verona escribió sobre el infierno, junto a la Caleta, pudo imaginar el Paraíso.

Y llegó Napoleón, y los vastos dominios gaditanos, quedaron reducidos a su capital. Sevilla, Jerez, Puerto Real, San Fernando fueron cayendo en poder del francés, pero jamás llegaron a ocupar el corazón de Cádiz. La capital pudo salvarse pero poco a poco, su gloria quedó sepultada. Las bombas tornaron en coplas y el gaditano buscó refugio en carnaval.

Pasaron los días, los años y las décadas, y entre bromas e ironías, risas y broncas, los gaditanos soñamos haber conocido el mundo sin movernos de casa, sentimos que pudimos haber sido dueños de nuestro destino, y que dejamos escapar la oportunidad. Como los venecianos, vimos que Cádiz se hundía en el lodo del olvido y la desesperanza, que extranjeros y advenedizos cercenaban nuestras ilusiones, y contra todo eso los gaditanos aprendimos algo, que en pocos sitios enseñan: reírnos de nuestras desgracias y ser felices por encima de cualquier circunstancia.

De San Marcos a San Antonio, de Lisboa a Santa María, de Brujas a La Caleta, de Génova al Pópulo, o de Ragusa, la Perla del Adriático, a Cádiz, Tacita de Plata. Ciudades bendecidas por el mar y por la luz, portuarias y canallas, marineras y contrabandistas, orgullosas y eternas. Caminamos por Europa, pero nunca dejaremos de regresar a la Bahía.



Vuelvo a pasear, desde la Caleta al Campo del Sur, y mientras contemplo el mar, mi mar, me asalta una duda ¿fue todo una fantasía?.  

miércoles, 17 de diciembre de 2014

IGLESIA DE SAN PANTALEÓN DE COLONIA.



Un magnífico ejemplo de arquitectura prerrománica con el inigualable sello de la dinastía otónida. El arzobispo Bruno, hermano menor del emperador Otón I, financió la construcción de la iglesia de San Pantaleón en la ciudad germana de Colonia.
El westwerk, esto es, la fachada monumental occidental rematada por dos torres, tan típica del arte carolingio, tuvo su continuación (con las correspondientes aportaciones) durante la etapa otónida. Precisamente los imponentes westwerkes de San Pantaleón son genuinamente otonianos, mientras que la planta se inspira directamente en las iglesias carolingias, como Saint Riquier.


El cuerpo occidental es lo que se conserva de la construcción original del siglo X, mientras que el resto fue objeto de profundas transformaciones a lo largo del siglo XIII. El mismo arzobispo Bruno yace en su cripta en el interior de un sarcófago romano.



Las torres van mutando conforme se van elevando, arrancan del suelo en sección cuadrada, se vuelven octogonales a media altura, cuando comienzan a superar la masa compacta del edificio y se vuelven redondeadas al tocar el cielo.


lunes, 15 de diciembre de 2014

ENGELBERT II VON NASSAU



Su espectacular cenotafio en la Catedral de Breda mantiene viva la historia de Engelbert II von Nassau, si no es por la escultura, las arenas del olvido habría hecho desparecer la memoria de este personaje. 


Nació en 1451 en el seno de la dinastía Nassau, fue soldado, cortesano, patrón de las artes, conde de Nassau y Vianden,  Señor de Breda. Siendo muy joven luchó para Carlos el Temerario, que lo nombró caballero de la Orden del Toisón de Oro. A la muerte de su señor, hizo buenas migas con el yerno del "Temerario", Maximiliano I, al que también ayudó en la guerra. 


Participó en la represión de la rebelión de Brujas y tras una batalla, Béthune, fue capturado por los franceses. Dos años permaneció en cautiverio hasta que fue pagada una fuerte suma de dinero. Recuperada la libertad se convirtió en el principal valedor del Imperio Habsburgo en la región de Breda, desempeñando este cometido hasta su muerte acaecida en 1504.


Junto a su esposa Cimburga de Baden descansa eternamente en al Gorte Kerk de Breda.


TOLDI MIKLÓS



Toldi Miklos, Nicolás Toldi para nosotros, héroe medieval húngaro, famoso por su fuerza física, un Heracles magiar, una suerte de Cid Campeador, una proyección de Roland. Una vida donde realidad y ficción se entremezclan para parir legendarias hazañas. Un personaje rescatado, y resucitado, durante el Romanticismo, por la pluma de János Arany, que le hizo protagonizar un ciclo de tres cantares de gesta modernos.

Durante mucho tiempo se dudó de la existencia de Toldi Miklos, pero al parecer, en la actualidad se tiene como bastante probable. El noble caballero húngaro era un señor feudal, un terrateniente, que estuvo al servicio del Arzobispo de Esztergom. Un eficiente guerrero que combatió para el rey Luis I, dirigiendo tropas en una fracasada campaña contra Venecia. Fue capturado y confinado en Italia. Pero consiguió escapar, regresar a Hugría y poner su espada al servicio de Segismundo de Luxemburgo. Posiblemente vivió más aventuras literarias que reales, pero su recuerdo aún permanece en el alma del pueblo magiar.

domingo, 14 de diciembre de 2014

ALFONSO HENRIQUEZ, PRIMER REY DE PORTUGAL.


Alfonso Henriquez en Guimaraes
Hijo de Enrique de Borgoña y Teresa de León, hija a su vez del rey leonés Alfonso VI, fue el titular del Condado Portucalense y primer rey de Portugal, siendo su consorte Mafalda de Saboya. Sus existosas campañas militares duplicaron el territorio heredado de su padre, sentó las bases del futuro estado portugués y le valió el pseudónimo de "el Conquistador".

Alfonso I en el patio de armas del Castello de San Jorge en Lisboa.

Precisamente tras una victoria militar, en este caso frente a los almorávides en la batalla de Ourique fue aclamado por sus tropas como rey de Portugal. Para conseguir la corona tuvo que combatir contra su propia madre, los almorávides y el rey leonés Alfonso VII, aprovechó el contexto bélico peninsular para constituir su propia monarquía. El 25 de julio, festividad de Santiago, del año 1139 aparece por vez primera en un documento como monarca del nuevo estado. Pero hubo que esperar hasta 1145, en las Cortes de Lamego, cuando Alfonso fue jurado por la nobleza y los prelados como rey. Primero sus hombres, su tropas, y más tarde las fuerzas vivas del país, decidieron que Alfonso fuese coronado rey de Portugal. El nacionalismo del siglo XIX lo consideró "fundador da nacionalidade portuguesa".


PORTOMARÍN, UN PUEBLO QUE RENACIÓ EN EL EXILIO.



Primero lo vemos desde las alturas, a una distancia de cuatro kilómetros, con la impresionante iglesia fortaleza de San Xoan dominando el entorno, y tras cruzar el larguísimo puente sobre el Miño, subimos una infernal escalera (por lo que ya llevamos andado) y hacemos la entrada triunfal en Portomarín.


Esta bella localidad fue trasladada en los años sesenta, a su actual ubicación; el monte de Cristo. El origen de Portomarín, Pons Minae, lo podemos situar en el año 1112, cuando Petrus Peregrino reparó, o reconstruyó (en este punto me pierdo) el puente romano preexistente, dando lugar a un pueblo dividido en dos barrios; San Pedro al sur y San Juan, que surgió al lado de la encomienda hospitalaria y el hospital conocido como Domus Dei (1126).



Lamentablemente el pueblo, o parte de él, fue sepultado tras la construcción de una presa hidroeléctrica. De cualquier manera sigue conservando gran belleza y es uno de los pueblos más encantadores de la Galicia Xacobea.  


TEATRO ROMANO DE ARLES.



El teatro romano, junto a las murallas y el foro, es una de las grandes operaciones constructivas efectuadas en la primera fase de la urbanización de la ciudad de Arles, a finales del siglo I a.C. poco después de la fundación de la colonia romana. Inscrito dentro de la cuadrícula romana sobre el Decumano.


Construido en la parte más alta de la Colina Hauture, como los arquitectos del teatro no fueron capaces de colocar el asiento en una ladera rocosa, construyeron una estructura elevada que consistía en galerías concéntricas, desde donde irradiaban una serie de cámaras abovedadas, en la actualidad no queda más que el esqueleto.


El muro exterior estaba formado por tres niveles de arcadas. Muchas actuaciones tuvieron lugar aquí en honor a los dioses. La entrada era libre para disfrutar de tragedias, comedias, mimos y pantomimas.

Durante la Edad Media el teatro fue usado como cantera para la construcción de edificios.


En 1651 las primeras excavaciones realizadas en el teatro sacaron a la luz la famosa "Venus de Arles" actualmente expuesta en el Louvre.



Dos mil años inventando farsas reales, dos milenios llevan las piedras ahí, pero las tragedias que contemplaron, durarán mucho más. Lo fascinante y mágico del teatro (virtud que comparte con la mitología) es su capacidad de utilizar escenas imaginarias y palabras inventadas para contar historias eternas y explicar verdades universales.  

KLAGENFURT, LA ROSA DEL WÖRTHESE.



Klagenfurt, a orillas de un lago Alpino, una ciudad bisagra entre el mundo eslavo y el imperio germánico, una puerta entre Eslovenia y Austria, conocida como la Rosa del lago Wörthese, es la capital histórica de Carintia (y anteriormente del ducado de Carantania).


Un pantano maldito, un duende malévolo, un dragón y un noble de apellido Spanheim, se funden en el origen de una ciudad donde lo histórico se entremezcla con lo legendario. Vinculada a los primeros estados eslovenos de la región, al Sacro Imperio, a los Habsburgo y al Imperio Austrohúngaro. Una preciosa ciudad eslovena en suelo austriaco, una Viena de bolsillo, una hermana de Ljubliana y un destino apetecible para cualquier viajero europeo.



Naturaleza, historia y arte. Es sorprendente descubrir estas ciudades diseminadas en este montañoso entorno. Clavadas en el fondo de un valle, a orillas de un lago o de un río. Los austriacos construyen armoniosas ciudades, que son auténticas obras de arte del urbanismo y la arquitectura. 


Las calles y los edificios están muy bien cuidados y lleno de detalles. Una escultura , un relieve o una pintura dotan las viviendas de una colorida imaginación. Pienso que tal vez para contrarrestar las nieves, la niebla, la oscuridad y las lluvias alpinas, fueron erigidas estas ciudades. 


IGLESIA DEL ESPÍRITU SANTO DE KLAGENFURT.



La Heiligengeistkirche es una parroquia católica en la ciudad austríaca de Klagenfurt. Aunque su origen data de 1355 poco o nada queda del edificio medieval, en el actual templo barroco. 

LUIS I DE HUNGRÍA "EL GRANDE".



Luis I - Nagy Lajos en lengua magiar - era el primogénito de Carlos Roberto (primer rey húngaro tras la desaparición de la casa Arpad) y de la princesa polaca Isabel Lokietek, nacido en 1326 y uno de los más celebrados monarcas húngaros de la Edad Media.

Cuando falleció su padre en 1342 se sentó en el trono e inició un reinadode veinte años caracterizado por las guerras que inició y los combates que protagonizó. En apenas dos años, 1344 - 1345 - reconquistó Valaquia y Croacia, sin embargo, sus ejércitos fueron derrotados por las tropas de Venecia en 1346 cerca de la ciudad de Zadar (perpetuo punto de fricciones entre húngaros y venecianos).


A lo largo de su reinado, además combatió en diversas ocasiones contra Serbia, Moldavia y Bosnia, recibiendo con frecuencia la ayuda de su tío el rey Casimiro III de Polonia. Y de forma personal participó en los combates contra los tártaros y lituanos que habían atacado el Reino de Polonia. En 1370, al morir Casimiro III, y en virtud de lo pactado por su padre, Luis recibió la corona polaca, formalizando de esta forma la unión dinástica entre los dos países.


Con otro de sus vecinos, Carlos IV, Emperador Germánico y rey de Bohemia mantuvo buenas relaciones, e incluso llegó a casarse con su hija Margarita de Luxemburgo, que falleció siendo muy joven. Posteriormente contrajo matrimonio con Isabel de Bosnia, con la que tuvo tres hijas. Precisamente una de ellas, María, fue prometida al hijo de Carlos, Segismundo. De esta manera el futuro emperador Segismundo, también se convirtió en rey de Hungría.

En política económica Luis I mantuvo vigente el sistema elaborado por su padre, poniendo interés especial en desarrollar el comercio interior y para ello concedió facilidades aduaneras a los comerciantes alemanes y checos, fomentando el desarrollo de mercados, burgos y ciudades, a los que ofreció importantes privilegios. Además, intentó, en la medida de lo posible, debilitar el monopolio mercantil de Venecia.


Luis trasladó su Sede Real a la fortaleza de Diósgyor en el norte de Hungría, remodelandolo y enriqueciéndolo. En esta época vivió el castillo su época de mayor esplendor. Al final de su vida contrajo la lepra, una dolencia que le retiró poco a poco de la escena política (y pública), hasta que la terrible enfermedad acabó con él en 1382, muriendo Luis sin dejar herederos varones.

La historia húngara habla de Luis como "el rey caballero" debido a sus continuas campañas militares contra los países balcánciso, pero estos conflictos trajeron consecuencias muy perjudiciales para el Reino de Hungría. En vísperas de la lucha contra los otomanos, las relaciones de Hungría con sus vecinos fueron a peor, y los estados que podían servir para taponar las acometidas turcas, se encontraban más debilitados.


En un país, Hungría, que sigue recordando vivamente su pasado, el rey Luis I ocupa un lugar de privilegio, siendo uno de sus próceres más homenajeados, y es fácil encontrarse con él, siempre con la espada en la mano y presto para la batalla, cuando viajamos a través del maravilloso país magiar.



BATALLA DE BALTARGA



En sus correrías por el Occidente Carolingio, los magiares, aquellos fieros guerreros que habían llegado a Europa siguiendo al caudillo Arpad, después de arrasar el Norte de Italia, atravesaron los Pirineos y se lanzaron sobre la Marca Hispánica.

Las huestes magiares, formadas por rápidos y disciplinaos arqueros a caballo, capaces de disparar flechas con una endiablada velocidad, y descomponer en pocos minutos las filas enemigas, destruyeron los monasterios de Banyoles, Santa Coloma de Farners y San Pedro de las Puellas, alcanzando las fértiles tierras de Lérida. Tras no poder asaltar la ciudad musulmana de Lérida, los jinetes nómadas no suelen estar preparados para iniciar asedios con éxito, retrocedieron por los condados de Urgel y Cerdaña, portando consigo un cuantioso botín.

Recompuestos de la sorpresa inicial, los condes de la Marca logaron reunir un poderoso ejército, que fue capaz de derrotar a los terribles jinetes húngaros un día de agosto del año 942 en la Batalla de Baltarga.

El dicha batalla encontró la muerte Armengol, primogénito del señor de Barcelona, Suñer I.La tragedia afectó negativamente al Conde de Barcelona y su alma quedó sumida en una profunda depresión, y poco después, Suñer dejó el condado en manos de sus hijos y se retiró a un monasterio cercano a Carcasona.

Los condes catalanes demostraron en esta ocasión, por un lado la efectividad de la Marca Hispánica (concebida como bastión defensivo), y por otro lado, su capacidad para defender y gobernar (de forma autónoma) sus propias tierras.

Esta fue la primera toma de contaco entre la futura Corona de Aragón y los artífices del Reino de Hungría. Unos siglos más tarde, una descendiente de aquellos jinetes nómadas, Violante de Hungría, se convirtió en reina consorte de Aragón tras su matrimonio con Jaime I el Conquistador.


viernes, 12 de diciembre de 2014

ARTEMI SEMIDAN



Los antiguos canarios, conocidos también como guanches, vivían felizmente en sus Islas Afortunadas, prolongando una estirpe con miles de años de antigüedad. Cuando la Edad Media tocaba a su fin, normandos, castellanos y portugueses se lanzaron a su conquista, destruyendo la paz inherente a este paraíso en la tierra. 

Los guanches plantaron cara al invasor y vendieron muy cara su derrota. Muchos de ellos perecieron en el campo de batalla, muchos otros prefirieron arrojar sus cuerpos al vacío, buscando en la muere, una libertad que la vida les negaba. 

Y entre todos estos caudillos o guanartemes, que dirigían con sabiduría los destinos de su gente, destacó por arrojo y valentia, el hijo del rey Gumidafe y la bella adivina Andamana, Artemi Semidan (glorioso nombre) que regó con su sangre la playa de Gran Canaria.

José Viera y Clavijo dejó escrito "Artemi fue quién comenzó a poner en crédito el nombre y el valor canario".

En 1405 condujo a los guanches en la batalla de Arguineguín, contra las tropas normandas de Jean de Bethencourt, que acababan de desembarcar en la isla. Conocedores del terreno, los guanches prepararon una emboscada que repelió el primer intento de conquistar la Gran Canaria. Y cuando los franceses emprendían la retirada, una enorme piedra impactó en la cabeza del guanarteme poniendo fin a su vida. 

A pesar de la victoria, los canarios lloraron amargamente la muerte de su rey. 


SAN ESTEBAN, SÍMBOLO DE HUNGRÍA.



En el año 1000 Esteban se bautizó y abrazó la fe Cristiana, y utilizó la religión como argamasa para cimentar el Reino Medieval de Hungría. Poco después de su muerte fue elevado a la categoría de Santo, y su figura sirvió a sus sucesores para mantener (durante los momentos más difíciles) la unidad del reino.

Esteban I el Santo es uno de los más importantes símbolos de la patria húngara y (casi) no existe una ciudad del país magiar que no le brinde, de una u otra manera, un sentido homenaje. La imagen de San Esteban nos acompaña a lo largo y ancho de Hungría. Su corona, su espada, su cetro y su orbe están presentes en cualquier punto de este maravilloso país. 


Presidiendo el altar mayor de la Basílica de San Esteban en Budapest. 


En la Plaza de los Héroes - Hósok tere - en Budapest, formando parte del Monumento al Milenio. 


Esteban recibe la Santa Corona húngara.


Efigie en el Sziklakápolna, una iglesia rupestre a orillas del Danubio a su paso por Budapest. 


En compañía de su consorte, Gisela de Baviera, en Szeged


Sujetando un orbe en la basílica de Esztergom.


Pintura con cierta influencia bizantina. Esztergom.



Impresionante estatua ecuestre en Szekesfehervar.


Conmemoración de su coronación en la ciudad de Esztergom.


En el Bastión de los Pescadores, junto a la Iglesia de Matías en Buda


Esteban rey de los húngaros.


La ceremonia de coronación.


Protector de la iglesia húngara y Santo Patrón del país.


Vencedor en el campo de batalla.


Con su hijo el príncipe Emeric. Talla policromada en la Iglesia de Matías.


En los alrededores de la Catedral de Esztergom.


En su faceta de rey guerrero en la misma ciudad. 


Detalle en Veszprem.


Vidriera en la Catedral de Veszprem. 


Con su padre el Gran Príncipe Geza, en Veszprem. 


Esteban y Gisela fundadores del Reino de Hungría. Veszprem. 


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