jueves, 4 de abril de 2013

UN VERRACO EN BRAGANZA.



El verraco sostiene la enorme columna, rematada por el crucifijo, el origen protohistórico, tamizado por el cristianismo medieval.


En la ciudad de Braganza, en el Norte de Portugal, tierras galaicolusitanas, pobladas de añejos castros serranos, encontramos, junto a su imponente castillo, una escultura zoomorfa, que bien podría ser, un ejemplo más, de lo que la ciencia autorizada llamó en su momento, Cultura de los Verracos. 



No he encontrado ninguna información que haga referencia a su antigüedad y original ubicación, pero a primera vista parece tratarse de un toro, o algo parecido, similar a los cientos de verracos que abundan en la región. Al parecer se conoce como "Porca da Vila". Ciertamente complicado adivinar si se trata de un cerdo o de un toro. 

Esta Porca de Braganza cambiaba de color según el partido gobernante en cada momento, pues sus miembros, se encargaban de pintarla. Y de ahí surge la expresión "es tan honrada como la porca de Vila de Braganza" para referirse a mujeres de costumbres disolutas. 

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