lunes, 25 de febrero de 2013

¿CUÁNDO COMENZÓ EL INTERÉS POR LA PREHISTORIA?


EL PALEOLÍTICO
a los ojos de un historiador de la Grecia Antigua


¿Cuándo comenzó el estudio de la Prehistoria? Hace dos mil años, los elocuentes sabios griegos (paradigma de la erudición) ya se preguntaban como habría sido la vida humana en tiempos remotos. Uno de esos griegos fue Diodoro Sículo, un historiador griego del siglo I a.C. que escribió una obra llamada Biblioteca Histórica. 

Biblioteca Histórica pretendía ser una Historia Universal desde los orígenes. En el libro primero de tan magna obra, Diodoro hace una descripción de las formas de vida de los hombres primitivos, y sorprendentemente, coincide en algunos puntos, con todo lo que sabemos hoy sobre la prehistoria de la Humanidad. 

"Y acerca de la primera génesis del universo, tales cosas hemos compilado; pero dicen que los primeros hombres llevaban un modo de vida desordenado y bestial, marchaban dispersos para buscar el pasto y alimentaban de las hierbas más tiernas y de los frutos que nacían espontáneamente de los árboles. Cuando eran atacados por las bestias, se ayudaban unos a otros instruidos por el interés, y al reunirse por el miedo comenzaron a reconocerse entre ellos poco a poco por sus características físicas. Al principio articulaban las palabras de modo ininteligible y confuso, poco a poco fueron colocando articulación a las palabras, y tras acordar señales entre ellos a cada uno de los objetos, comenzaron a realizar una comprensión de todas las cosas. Después de haber surgido estos grupos por toda la tierra habitada, no todos tenían el mismo lenguaje, sino que cada cual ordenaba sus palabras al azar. Por esta razón, surgieron muy diversos tipos de lenguaje y los primeros grupos formados se convirtieron en origen de todas las razas. Pues bien, los primeros hombres vivían de manera penosa ya que no habían encontrado ninguna de las cosas útiles para la vida: desnudos, sin conocimiento de la casa y del fuego y sin idea del alimento cultivado. Al desconocer la recolección de frutos silvestres no consiguen almacenar nada de los frutos en caso de necesidad y por eso muchos de ellos morían en los inviernos por el frío o la ausencia de alimento. Pero poco a poco fueron enseñados por la experiencia a refugiarse en las cavernas durante el invierno y a guardar los frutos que eran capaces de almacenar. Tras conocer finalmente el fuego y las restantes cosas útiles, inventaron de manera progresiva las artes y todo lo demás capaz de favorecer la vida en común. En resumen, la necesidad misma se convirtió en maestra de todo para los hombres y mostró el camino de manera de todo para los hombres y mostró el camino de manera conveniente en el aprendizaje de cada cosa para este noble animal, que tuvo como ayudantes en todas las circunstancias a las manos, la palabra y la agudeza de espíritu"
Diodoro de Sicilia I,  8.

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