lunes, 12 de noviembre de 2012

AKSUM

REYES DE ETIOPÍA.

Centralizado en África Nororiental, actuales territorios de Etiopía y Eritrea, el Reino de Aksum fue una de las principales entidades políticas del África Subsahariana durante los últimos siglos de la Antigüedad y primeros del Medievo.

La capital, Aksum se encontraba en la meseta de Tigray, a unos 2000 metros sobre el nivel del mar. La facilidad para conseguir piedra apta para la construcción, abundancia de agua, y especialmente de madera, contribuyó a elegir esta ubicación. Aksum era una encrucijada de caminos, que ponía en contacto el interior del continente africano y el mar Rojo.

Las referencias más antiguas sobre Aksum, datan del siglo I d.C. y desde este momento, la ciudad se convierte en la gran metrópoli de un reino cuyas fronteras eran, hacia Oriente, el Mar Rojo, hacia Occidente, el río Takazze, en el sur, las estribaciones de Alaghi, y en el Norte, Barka; cubriendo la mayor parte de Eritrea y Tigré.

Los tres primeros siglos de la Era Cristiana, fueron de gran desarrollo, prosperidad y extensión del reino aksumita, que consiguió imponer su autoridad a los pueblos vecinos y desempeñar un papel protagonista en el comercio del mar Rojo.

En toda esta actividad comercial, jugó un papel de importancia capital el puerto de Adulis, un emporio donde se producía el intercambio de productos; materias primas del interior de África y bienes de lujo procedentes del Mediterráneo: siendo el marfil el producto estrella del comercio de Aksum.

El reformador religioso persa Mani, escribió hacia el 240 d.C.: “Hay cuatro grandes reinos en el mundo; el primero es el reino de Babilonia y Persia; el segundo es el Imperio romano; el tercero es el reino de los aksumitas; y el cuarto, el reino de Silis [¿China?]”.

Durante esta época se acuñan las primeras monedas del reino, en oro, plata y bronce. En estas monedas aparecen las efigies de los soberanos, como Endybis, Aphilas, Usanas o Wazeba y sus títulos en griego. Se adornaban con antiguos símbolos religiosos, el disco y la media luna, al parecer vinculados con el culto a Astarté.

En el siglo IV d.C., encontramos al rey Ezana, uno de los gobernantes más trascendentales de la historia de Abisinia. Ezana pretendió ser un rey guerrero y para justificarlo existen numerosas inscripciones, que relatan sus campañas bélicas contra pueblos vecinos, como los nuba o los nómadas beja. Una de esas inscripciones reza así:

“Por el poder que el Señor de los Cielos que, en la Tierra como en el Cielo, es victorioso por mí, yo, Ezana, hijo de Ella-Amida, hombre de Halén, el rey de Aksum, Himyar, Raydan, Saba, Seyamo, Sasu y de los beja, rey de reyes, hijo de Ella-Amida, a quién ningún enemigo ha derrotado...”
Rey Ezana
No obstante, el acontecimiento más destacado del reinado de Ezana, y el motivo de su trascendencia, fue su conversión al Cristianismo. Hacia el siglo IV , Frumencio de Tiro, ordenado obispo, por el Patriarca Atanasio de Alejandría, predicó en Aksum el cristianismo de Nicea. El propio soberano Ezanas abrazó la nueva religión y utilizó la cruz, como uno de sus símbolos reales.

Además de Aksum, “donde se encuentra la corte real” según Ptolomeo, destacaban la mencionada Adulis, Koloe, Maste, y Matara, situada en las tierras altas de Eritrea. En un origen, estas ciudades hacían las veces de mercados locales, por eso no es arriesgado afirmar, que el comercio internacional fue el principal motor del desarrollo urbano en Etiopía y Eritrea. En estas ciudades destaca la presencia de monolitos y obeliscos de clara influencia egipcia.

En cuanto a la religión precristiana de la zona, conocemos muy poco. Ashtar, fue la única deidad preaksumita que mantuvo su posición en el panteón de Aksum, junto a Mahren, el invencible, y Beher y Meder, protectores de la tierra.

Durante el siglo IV, Aksum continuó su gran expansión, esta vez hacia la península de Arabia. El rey Kaleb, organizó una expedición de castigo contra el rey himyarí, Dhu Nuwas, que organizaba persecuciones contra los cristianos. Kaleb derrotó a Dhu Nuwas y afianzó el control de Aksum sobre el sur de Arabia.
Soldado aksumita.
En relación a este suceso, Cosmas Indicopleustes , en su Topografía Cristiana, recoge la siguiente noticia:

“En la época (517) en que yo estaba en esa zona (Adulis), al principio del reino de Justiniano, emperador de los romanos, Ellatzabaas (Kaleb), por aquel entonces rey de los aksumitas, estaba a punto de entrar en guerra contra los himyaríes”.

Hacia finales del siglo VII el reino de Aksum comenzó su declive, agravado por la competencia Sasánida y el posterior avance del Islam. 

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